José Mª Reillo entre costuras

AUTORRETRATO |IGNACIO AMESTOY

Érase... un joven aprendiz de sastre que con 17 años llegó a Madrid y hoy es una de las estrellas del traje masculino y quien cambió la imagen de Zapatero...

José María Reillo es uno de los grandes sastres de Madrid. Viste a políticos, aristócratas, empresarios, actores o toreros. Entre sus clientes hay ingleses que han dejado de vestirse en Londres para ser vestidos por él.

«Lo básico que tiene que tener un caballero es un traje para cada día de la semana, con lo cual se pondría el mismo traje cuatro veces al mes, para que el tejido se pueda recuperar. Después, ha de tener un par de prendas muy de vestir, para por la noche. Y si es un cargo público, además: esmoquin, chaqué, frac...

«Cada traje sale por 2.500 euros. Aunque depende del tejido. Un traje lleva entre 45 y 50 horas de costura. Pensando que nosotros tenemos más IVA que un hotel de cinco estrellas, cobramos un precio insólito. En Londres un traje cuesta 5.000 libras...

«Un traje a medida tiene una duración de siete años. Antes, hasta de 20. Los tejidos eran de 400 gramos. En la actualidad estamos trabajando entre 200 y 300 gramos. El tejido delgado se deteriora antes...

«La frase ‘La arruga es bella’ fue genial. El señor Domínguez estuvo muy acertado, pues era para vender el lino, que se arruga...

«En España puede haber 20 sastres destacados. En el Club de los Sastres, del que asumí la presidencia, están Antonio Puebla, Gonzalo Larrainzar, Moisés Córdova o Jaime Gallo. Siento una gran admiración por todos...

«Entre los maestros de los 50, en Madrid hemos tenido un referente, Antonio Collado. Hacía un estilo de traje diferente...

«Para cuando me jubile, les tengo el ojo echado a dos o tres que hacen las cosas fenomenal y me gustaría dejarles mi clientela. En la casa, mis colaboradores son de mi edad. Mis dos hijos son abogados, no quisieron dedicarse a esto...

«A mi mujer, Carmen, la conocí en un baile de por las tardes, en el año 70, estamos juntos y me aguanta. Me ayuda en la contabilidad y esas cosas...

«Los jóvenes sí quieren vestir de sastre, lo que pasa es que no está al alcance de sus bolsillos. Yo, ahora mismo, tengo una clientela más joven que hace unos años, entre 35 y 45 años. Es cuando el hombre todavía piensa que gusta y puede presumir...

«Yo a los 12 años cogí la aguja en Campo de Criptana. Fue de aquella forma en que se hacían las cosas. Tu padre te llevaba al sastre y le decía: ‘Aquí tienes a este hijo mío, enséñale el oficio, y si no lo aprende pues ya sabes, me llamas que yo le ajustaré las cuentas’...

«Mi padre no era sastre. Antes en mi pueblo había cuatro o cinco sastres, porque todo era a medida. En el año 1970 se hizo un censo de las sastrerías de Madrid y había más de 3.500 sastres...

«Cuando llegué a Madrid, la Gran Vía era el escaparate de la elegancia de la ciudad. Yo tenía 17 años y traía una formación, desde los 12 estaba en un taller con las broncas pertinentes de las oficialas...

«En Madrid era la época del traje beige de alpaca y de los zapatos bicolores. Dabas un paseo y era una inyección de moral, un poco decir: ‘Me voy a comer Madrid’. Trabajaba en el 32 de Gran Vía, donde está la cadena Ser. Allí en la primera planta había cinco o seis sastres...

«A los 26 años, fui a la calle Orense. Ahora me he venido a Monte Esquinza, en Chamberí. Dadas las circunstancias, es más fácil elegir que antes. Quería que no fuera una calle comercial en la que no se pudiera parar con el coche para probar...

«De Londres vienen a vestirse conmigo y voy yo allí. Hoy la mano de obra que queda en España es superior a la de Inglaterra...

«Yo he tenido el honor de hacer ropa al señor Zapatero, de lo cual estoy muy contento. Le cambié la imagen durante cuatro años en la primera legislatura. Luego decidieron hacer ropa en otros sitios...

«Los trajes de Camps y su ‘sastre’ José Tomás han hecho mucho daño a la profesión. Somos gente muy discreta. Este señor no era sastre y se prestó a ese tipo de manejos...

«Un Galán, Zaplana o Ponce son personas que van vestidas a medida. Se viste a medida porque se viste uno mismo, no le viste nadie...

«El príncipe Carlos de Inglaterra y George Clooney son dos personas que lucen muy bien. Del príncipe Carlos tengo grabado el paseíllo que hizo, cuando la boda de nuestro Príncipe, desde el automóvil a la iglesia, con el chaqué, con la mano aquí metida, y andando despacio...

«En España hay quien se va a Londres, a Savile Row. Y más de uno sale decepcionado. Porque todavía hacen el traje bastante armado y hoy en día la comodidad y la flexibilidad se imponen...

«Ha vuelto al traje entallado, marcando la silueta, porque la gente va al gimnasio, se cuida, sobre todo en determinadas edades, para presumir de figura. Entonces tú tienes que seguir esa pauta. Tras la moda está la seducción.

>Vea hoy en EL MUNDO en Orbyt a José María Reillo.

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